La desaparición de Abraham-Louis Breguet no mermó el interés por la Manufactura de las élites y las familias reales. Muestra de ello es la adquisición de un reloj Breguet por la reina Victoria de Inglaterra en 1838, un año después de su ascensión al trono. Los admiradores de Breguet también proliferaron entre los artistas, entre ellos el gran compositor italiano Gioachino Rossini, quien se hizo con un pequeño y sencillo reloj en 1843.
El gran Gioachino Rossini fue propietario del reloj Breguet nº 4604, un reloj muy pequeño y sencillo, con calendario, caja de oro con decoración guilloché, esfera de plata descentrada, con escape de áncora. Un reloj de gran calidad inicialmente vendido al banquero Schickler por un importe de 3600 FF en 1828. Luego fue adquirido por un tal M. Church en los años 1830. Pasó a pertenecer a Rossini que la hizo revisar en 1843. Después de la muerte del compositor en 1868, su viuda seguirá utilizando los servicios de Breguet para el mantenimiento de la pieza.